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viernes, 21 de octubre de 2011

Posicionamiento del FAR ante las próximas elecciones nacionales


(Frente de Acción Revolucionaria)
1) SITUACIÓN POLÍTICA: LAS ELECCIONES DE AYER Y LAS DE MAÑANA
2) POSICIONAMIENTO DEL FRENTE DE ACCIÓN REVOLUCIONARIA (FAR) ANTE LAS PRÓXIMAS ELECCIONES NACIONALES
3) NUESTRA PROPUESTA PROGRAMÁTICA


1) SITUACIÓN POLÍTICA


LAS ELECCIONES DE AYER Y LAS DE MAÑANA
Algo debemos leer del resultado de las pasadas internas abiertas y  la actitud del kirchnerismo luego de las primarias. El porcentaje de asistentes a los comicios, números más números menos, da cuenta de la distancia del actual partido en el gobierno sobre los demás partidos burgueses, pero también sobre la hegemonía de este sobre parte del movimiento de masas y el activismo popular, producto de la bonanza económica de los últimos años y, fundamentalmente, de la recomposición de la institucionalidad, aunque sin lograr la recomposición del bipartidismo.
Aun en estas condiciones y con un resultado cantado para la elección nacional, el gobierno necesita esperar que pase el trámite para blanquear o definir su política para este nuevo período que se vislumbra con mayores dificultades, quizás muy grandes, como para atravesarlo con el piloto automático de los últimos años.
Es sustancial el cambio en el discurso de Cristina Fernández en torno a la crisis económica, que todavía llaman financiera, en el que abandonó tanto la teoría del desacople como la del blindaje, ante un futuro inmediato que deja al desnudo la precariedad  de una economía estructuralmente  dependiente cuya industria está basada en el ensamblaje y la exportación de materias primas.
Los vientos del exterior ya no son favorables: la devaluación del 12 % de la moneda de Brasil golpea fuertemente la industria local, ya que se trata de su principal mercado, agravando aún más el déficit comercial con este país.
El precio de la soja cayó 18,5%  en septiembre producto de la baja en la demanda por temor a la desaceleración de la economía, temor por cierto fundado en la más cruda realidad. Este es el principal ingreso del gobierno que ante la perspectiva de estancamiento o mayor deterioro del valor del “yuyito” se verá obligado a recurrir a otras fuentes de ingresos, sobre todo si contamos también la fuga de capitales que en agosto fue de US$ 3.000 millones aproximadamente. Tal situación ha generado dos visiones en el gobierno, entre quienes pretenden continuar la actual política de subsidiar el consumo mediante gravámenes a la minería, y quienes se plantean una salida ortodoxa buscando financiamiento externo.
Los números no cierran por ningún lado ya que esta caída del ingreso por exportaciones (dependencia) se refleja también en el derrumbe de otro de los pilares del modelo, el superávit primario (recaudación fiscal). La recaudación estatal, según cifras oficiales, fue de $1.800 millones mensuales promedio; pero si  a este número se le descuenta el pago de intereses de deuda y las transferencias de la ANSES y del Banco Central, la caja del Estado nacional mostraría un déficit de $2.700 millones entre sus egresos e ingresos (La Nación 4/10). 
De las posibles opciones para atravesar la tormenta, la variable más factible es la del ajuste hacia abajo, no en el estilo clásico, ya que de eso depende gran parte del consenso social logrado hasta hoy, pero sí presionando más a la clase trabajadora con una mayor precarización laboral, como la que viene impulsando el mismo Estado en el sector público mediante las cooperativas (Plan Argentina Trabaja) y los miles de puestos de trabajo en las diferentes dependencias estatales, ya sean nacionales, provinciales o municipales, o la que sostiene junto con la burocracia sindical en el sector privado, única forma de mantener la rentabilidad capitalista y frenar la fuga hacia el exterior. Prueba de esta tendencia es la creciente ofensiva judicial sobre el activismo político y sindical combativo e independiente, con procesamientos y prisión incluida. Es que, entre otros, el gobierno encuentra un escollo en esos sectores del campo popular que no ha podido cooptar y que tienen, tenemos, posibilidades de crecer y gestar una opción de resistencia ante la inflación y el deterioro de las condiciones de vida de nuestro pueblo.
El gran desafío es, además de la necesaria coordinación y confluencia  en la lucha sindical, gestar un espacio político que vaya construyendo una alternativa de los trabajadores y el pueblo, no sólo ante el actual modelo sino por la única salida posible a la crisis, una salida anticapitalista en la que el pueblo gobierne y delibere mediante asambleas populares en el camino de una América independiente, socialista.


2) POSICIONAMIENTO DEL FAR ANTE LAS PRÓXIMAS ELECCIONES NACIONALES


Este nuevo proceso electoral será más que en otras ocasiones un trámite sin relevancia para la continuidad del actual gobierno. Sostenemos esto porque las primarias abiertas ya dieron un veredicto que seguramente se reafirmará el 23 de octubre y además de dejar clara la hegemonía del kirchnerismo ante los demás partidos de la clase dominante, también puso de manifiesto la incapacidad de esta clase para reconstruir el bipartidismo, como lo prueba la fuga de candidatos hacia el oficialismo después de las PASO (primarias abiertas, simultáneas y obligatorias) y la campaña casi testimonial de los grupúsculos que conforman la oposición patronal. 
Además de la habilidad que ha mostrado el partido gobernante para apropiarse de algunas históricas demandas populares, también  demostró capacidad de maniobra como para recomponer en cierta medida la desvencijada institucionalidad capitalista y se ha transformado en la única opción ante la crisis que ya se empieza a sentir; lo que queda por verse es si puede el kirchnerismo conducir de la misma manera bajo la tormenta que se avizora.
Desde el FAR consideramos que ya dieron sobradas muestras sobre lo que significa el modelo: monocultivo sojero, pago de la deuda externa, enormes concesiones a las empresas mineras, tercerización y precarización laboral y su profundización, aumento de tarifas, suspensiones, despidos y más precarización para sostener la decreciente ganancia empresarial ante la pérdida del viento de cola internacional.

EL ÚNICO CAMINO…
La única salida para la mayoría de nuestro pueblo, para los  trabajadores, es construir una alternativa política propia, con un programa que se plantee romper con la base de todos nuestros males, el capitalismo. Ese programa debe expresar todo lo contrario al actual modelo dependiente; no pagar la deuda externa y destinar esos fondos a salud y educación, terminar con la tercerización laboral expropiando las empresas transnacionales y poniéndolas a funcionar bajo control obrero, es decir, la salida para nuestro pueblo y para el mundo ante la crisis es el socialismo, que también implica la superación del régimen demoliberal y la construcción de una democracia real donde el pueblo gobierne y delibere en forma directa y los funcionarios-delegados públicos sean revocables y no tengan fueros u otro tipo de privilegios.
 Entendemos que en determinados momentos la lucha en el plano electoral puede ayudar a propagandizar un programa revolucionario y el contexto actual lo permite, aunque hoy no contamos con fuerza suficiente para destinarla a estas elecciones.
Si bien saludamos el intento del FIT en gestar una alternativa de izquierda, vemos que este espacio no levanta lo que consideramos debe ser el eje de la política revolucionaria hoy, las asambleas populares, y también tenemos desacuerdos puntuales en la forma de construcción de la unidad de la izquierda consecuente y clasista.
Reafirmamos la necesidad de construir una alternativa política de unidad de la izquierda, que pueda disputar también en la lucha parlamentaria, pero debe ser sobre una sólida base programática y sin exclusiones; es por eso que en estas elecciones proponemos un voto programático que contiene los siguientes puntos: 
Derogación del artículo 22 de la Constitución Nacional (“El pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes”) y creación, desarrollo y legalización de asambleas populares como herramienta del pueblo para garantizar una democracia directa y participativa.
Control de los representantes y funcionarios públicos por parte de las asambleas populares, que establecerán sus salarios, nunca superiores a los del promedio de los trabajadores de la administración pública. Serán revocables en cualquier momento por las asambleas populares que los hayan elegido y no tendrán fueros.
Estatización de las empresas privatizadas (transportes y servicios) y de los bienes comunes (recursos naturales estratégicos). No al pago de la deuda externa. Ruptura de relaciones con los organismos internacionales de crédito.
 Reducción de la jornada laboral a 6 horas, generando más turnos en las empresas, sin reducción de salarios. Salario mínimo igual a la canasta familiar.
Universalización del Plan Argentina Trabaja para terminar con el desempleo. Desarrollar políticas públicas integrales que garanticen el acceso de niños, niñas y adolescentes al deporte, la educación y la cultura.
82% móvil para jubilados. Eliminación del IVA a los productos de consumo popular.
Alquileres que no superen el 10% de un salario mínimo. Suspensión de desalojos. Plan nacional de viviendas universal y popular.
Apertura de los libros contables de las empresas y distribución de las ganancias empresariales a través de organismos democráticos de los trabajadores.
Control de las instituciones del Estado (parlamento, concejos deliberantes, ministerios, comisarías, cárceles) por parte de las asambleas populares. En el caso específico de la seguridad, elección de responsables de seguridad por zona y creación de una comisión de control permanente a cargo de las Asambleas Populares. 
Libertad a todos los presos políticos del campo popular. Desprocesamiento y anulación de las condenas a todos los luchadores populares.


3) NUESTRA PROPUESTA DE VOTO PROGRAMÁTICO
Reafirmamos la necesidad de construir una alternativa política de unidad de la izquierda, que pueda disputar también en la lucha parlamentaria, pero debe ser sobre una sólida base programática y sin exclusiones; es por eso que en estas elecciones proponemos un voto programático que contiene los siguientes puntos: 
1. Derogación del artículo 22 de la Constitución Nacional (“El pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes”) y creación, desarrollo y legalización de asambleas populares como herramienta del pueblo para garantizar una democracia directa y participativa.
2. Control de los representantes y funcionarios públicos por parte de las asambleas populares, que establecerán sus salarios, nunca superiores a los del promedio de los trabajadores de la administración pública. Serán revocables en cualquier momento por las asambleas populares que los hayan elegido y no tendrán fueros.
3. Estatización de las empresas privatizadas (transportes y servicios) y de los bienes comunes (recursos naturales estratégicos). No al pago de la deuda externa. Ruptura de relaciones con los organismos internacionales de crédito.
4. Reducción de la jornada laboral a 6 horas, generando más turnos en las empresas, sin reducción de salarios. Salario mínimo igual a la canasta familiar.
5. Universalización del Plan Argentina Trabaja para terminar con el desempleo. Desarrollar políticas públicas integrales que garanticen el acceso de niños, niñas y adolescentes al deporte, la educación y la cultura.
6. 82% móvil para jubilados. Eliminación del IVA a los productos de consumo popular.
7. Alquileres que no superen el 10% de un salario mínimo. Suspensión de desalojos. Plan nacional de viviendas universal y popular.
8. Apertura de los libros contables de las empresas y distribución de las ganancias empresariales a través de organismos democráticos de los trabajadores.
9. Control de las instituciones del Estado (parlamento, concejos deliberantes, ministerios, comisarías, cárceles) por parte de las asambleas populares. En el caso específico de la seguridad, elección de responsables de seguridad por zona y creación de una comisión de control permanente a cargo de las Asambleas Populares. 
10. Libertad a todos los presos políticos del campo popular. Desprocesamiento y anulación de las condenas a todos los luchadores populares.


¡Por la unidad y el socialismo!

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